No sé si ustedes veían los expedientes secretos x, si
lo hacían, recordarán que Fox Moulder tenía pegado un póster que rezaba “I want
to believe” en el que se veía una nave espacial en el cielo… Bueno, después del
partido de ayer, podríamos poner un póster con la cara de Brindisi que diga lo
mismo… Independiente, I want to believe.
El partido lo vi en la cama mientras M. leía el diario y
comentaba alguna jugada. Yo empecé puteando y resignada a irnos a la B,
criticando a todos. ¿Para qué lo mirás, para deprimirte? me preguntaba M.
Cuando Galeano la metió, festejé y le dije.: siempre
tuve fe en el rojo! (me miró como si hubiera
perdido la memoria.)
Al poco tiempo entró un colombiano que nos clavó un golazo para
recordarnos que estamos al borde del abismo, que no estamos acostumbrados a
ganar, que celebrar no es lo nuestro, etc. Otra vez a putear, hasta que Garcé le
hace penal a Fredes… Me tapé la cara con la almohada, no quería verlo, pateaba
Montenegro, no quería verlo! Le dije a M., miralo y decime si es gol… Lo vi
igual por la tela de la almohada y festejé diciendo que siempre tuve fe en el
Rolfi… (qué panqueque… me escucho y me doy vergüenza!)
Y cuando hicimos el tercero… siempre tuve fe en Caicedo!
3 a 1 ganamos. El partido dejó una sensación rara… Estamos para aguantar en
Primera o no? Le ganamos a un equipo que va camino a la B también... Volvemos a creer o aceptamos que esta alegría fue un hecho
fortuito del destino para darle un poco de variedad a tanta amargura?
Lo increíble es cómo del panorama más negro podemos pasar a
tener esperanza con un par de goles. Todo puede cambiar en cualquier momento. Nunca
se sabe.
Ahora, Farías… digo… ya está, no?
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